Terminó el primer mes del 2018. El mes en el que todas las promesas del fin del año anterior comienzan a materializarse y cumplirse –o al menos algunas–, trabajo que este nuevo año me tomé muy muy en serio. Una de mis resolutions para estos nuevos 12 meses del calendario fue volver a llevar una vida sana y recuperar mi cuerpo que tuvo cambios debido a los viajes, las fiestas de diciembre, el estrés y la falta de sueño por el trabajo. ¿Mi secreto? Mucha disciplina, buenos hábitos y ayudas extras en GENAVíe.
Durante 21 días (iniciales) decidí ponerme en forma para alcanzar mis metas: nada de cheat meals, ejercicio, buena alimentación e idas rutinarias a este, mi wellness center preferido en Barranquilla. Lo primero que hice fue volver a apostar por la desintoxicación iónica –toda la info en 05.01.18 o lo que es lo mismo, mi “detox day”– para despedirme de los excesos con los que cargaba mi cuerpo del afán del 2017. Quería comenzar de cero, resetearme, y este fue el primer paso. Adicioné a mi nueva rutina algunas sesiones de cavitación para eliminar la grasa localizada y esos quilitos demás, procedimiento que combiné con masajes relajante y reductores. No solo se vale estar bien por fuera, lo importante es que lo estés por dentro también y lo reflejes a la primera mirada.
Si debía escoger un tratamiento infalible para continuar con mi objetivo, esa era la cámara hiperbárica. ¿Es la primera vez que escuchas de ella? Seguramente, a mi también me pasó antes de venir a este centro de bienestar. ¿De qué se trata? Es muy simple. La cámara hiperbárica es una terapia no invasiva en la que el paciente respira 100% de oxígeno mientras permanece en una cámara a una presión dos o tres veces superior a la presión atmosférica ambiental por el transcurso de media o 1 hora. Sus ventajas son muchas, pero si tuviera que mencionar algunas serían que aumenta la oxigenación en todos los tejidos – incluso aquellos dañados–; estimula las células que producen colágeno; tiene efectos antiinflamatorios; acelera los procesos de rehabilitación en lesiones de ligamentos, huesos, articulaciones o músculos; disminuye síntomas relacionados con depresión, ira, tristeza o fatiga; y favorece a la desintoxicación de toxinas en el organismo. ¡Es mágica!.
Espacios delicados y pacíficos con pequeños detalles que marcan la diferencia, así me enamoré de GENAVíe y así me he vuelto a enamorar de mi cuerpo –por dentro y por fuera. Voy en el camino directo a cumplir mis metas, feliz y tranquila. ¿Cómo van tus resolutions del 2018? ¡Quiero saber todo!.
Besos a la Moda,
Adriana