Falta poco para que termine el 2018, y estoy dispuesta en todos los sentidos. Con mi corazón, con mi mente, con mi alma. Y es que hay mucho que agradecer cuando terminan 12 meses que han sido emocionantes en todo sentido, que han marcado un nuevo ciclo de mi vida. Este año me fui a estudiar a otro país, volví a reconectarme con la industria del lujo y finalmente, en esa línea, tuve la fortuna de participar como panelista invitada en la tercera edición del Latino Impact Summit, celebrado en la sede de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) en Nueva York. En esta nueva ocasión los 2 días de congreso estuvieron dedicados a un énfasis en el ámbito social, y desde el cuál pude exponer mi tesis desde la moda de lujo sostenible.
Lo primero que debo contarles es que fui una de las 3 expositoras colombianas invitadas a la tercera edición, compartiendo escenario con mi gran amiga Kika Rocha y Maria Leticia Ossa Daza. Ahí, con nervios pero con el corazón lleno de emoción, me convertí en la portadora de mi propio mensaje de cambio, uno que actúa. Comencé mi ponencia hablando sobre mi y sobre mi mayor herramienta para combatir las desigualdades dentro de la industria: mi marca homónima. Me convertí en una de las colombianas pioneras en apostar por la sostenibilidad en sus complementos de lujo, y en mi filosofía de marca. Adriana Castro trabaja en la actualidad en pro al slow fashion, creando piezas para la eternidad que se caracterizan por una excelente calidad con un impacto social en el mundo, gracias a mis procesos artesanales que apoyan tanto a artesanos como a comunidades indígenas, en el caso de mi país, Colombia.
Durante la cumbre recalcamos la importancia de que en materia de moda, las empresas en Latinoamérica trabajen en una industria con propósito. Comencé hablando sobre equidad de derechos y riquezas, ya que nuestro continente es uno de los más desiguales del mundo. Sí existen maneras en la que la industria de la moda contribuya a la reducción de las desigualdades. Sí. Salarios iguales a hombres y mujeres por la misma labor, pero salarios justos sin forzar a los trabajadores a largas jornadas, cortos tiempos de entrega e inflexibilidad en otros temas. Es tiempo de actuar. La industria tiene un gran reto de derribar o transformar barreras con ayuda de la educación, la información y la estimulación. ¡Aquí empezamos!
En esta nueva jornada del Latino Impact Summit 2018 me he comprometido completamente con la artesanía, a preservar sus técnicas ancestrales a través de sus productos y a seguir trabajando con la mejor mano de obra; aferrándome con las uñas a la la tradición pero sin dejar a un lado las nuevas expresiones artísticas. También lo hice con la educación, estoy comprometida a caminar de la mano con futuros emprendedores, para que su principal reto sea entender que en este exclusivo segmento el costo puede ser más alto inicialmente, pero se hace una inversión para toda la vida. Pero también a empresarios y consumidores, para que se informen a totalidad sobre las consecuencias positivas y negativas que generan sus trabajos en la sociedad y en el medio ambiente.
He amado esta industria desde muy pequeña y el mundo del lujo desde que compré mi primer bolso. Sin embargo, en un principio la idea de este último era contraria al concepto de sostenibilidad, ya que habitualmente el sector era asociado al derroche de materiales caros y a un abandono continuo de productos que, a pesar de que habían sido apenas utilizados, ya no cumplían con las últimas tendencias de la moda. Por eso creé mi marca y me alejé totalmente de todas las referencias.
Mis productos están hechos para durar, tanto que incluso se pueden heredar a las siguientes generaciones. Reitero que mi apuesta es el slow luxury, un lujo discreto, con diseños realizados artesanalmente con materiales de la más alta calidad. Mi taller está en Colombia, pero trabajo también con distintas comunidades indígenas en la región y artesanos del sur de España. Mis bolsos cuentan historias reales, de tradición, como el Zenú Bag, que es bolso hecho a mano por los indios sunúes de Colombia, fabricado en caña flecha, un material vegetal típicamente colombiano.
La sostenibilidad es el presente, y a ciencia cierta, el futuro, por eso debemos encaminarnos hacia el cambio. Y tú, ¿Ya estás trabajando en ello?
Besos a la Moda,
Adriana