Con 15 años la hija de Will Smith ha sido escogida como embajadora de la maison francesa.
Las alarmas ‘it girl’ saltaron ayer en el desfile de Chanel en Paris cuando la primera (y única) fila recibió la presencia de la original Willow Smith. Las razones de la atención mediática que recibía aún no era muy clara, sin embargo tras finalizar el show la bomba explotó: la famosa hija de Will Smith y Jada Pinkett ha sido escogida como la nueva embajadora de la maison francesa.
Esta no es la primera vez Willow es noticia en el mundo de la moda. El año pasado ya nos había sorprendido con su fichaje por la agencia de modelos The Society NYC (la misma que capitanea a Kendall Jenner) y al ser la imagen de la campaña otoño-invierno 2015 de Marc Jacobs. Tampoco es la primera vez que lo hace junto a Lagerfeld. En el 2014 el káiser la inmortalizó en las páginas de V Magazine.
Quienes no la conocen más allá de la fama de su padre, a su corta edad Willow ha roto con los prototipos de belleza establecidos –no cualquier niña puede decir que a sus 11 años de edad se rapó la cabeza– y por tener su propia, clara y única visión de la moda. Y es que, es imposible no mirarla. Esta amante de los colores flúor, de los pintauñas y máscaras de pestañas tiene un peculiar peinado de trenzas, un aro en la nariz, sus looks que se alejan de lo terrenal, y por supuesto, atesora una delgada silueta y actitud irreverente.
Para algunos la noticia de su nombramiento como embajadora de Chanel puede ser desconcertante, pero, ¿eso al fin y al cabo no es lo que busca un firma? ¿Marcar la diferencia? El tema está más que claro: el olimpo de lo cool –y de las buenas ventas –ya tiene un lugar reservado para este nuevo dúo de lujo