Hay historias de amor que vale la pena contar. Sobretodo si la protagonista es uno de los seres más especiales de nuestra vida, como en este caso. Susy es mi prima, bueno, realmente una hermana, y estuve más que encantada de poder acompañarla al altar a sellar ante Dios su compromiso con el hombre de sus sueños. Fue una boda demasiado especial para mi, en una de mis ciudades preferidas, y junto a toda mi familia. Colombia nos recibió para celebrar el amor y la vida, para celebrar a #SusyHec.
Susana y Hector decidieron decir sí para siempre, el 18 de enero de 2019, luego de vivir una relación que superó tiempo y espacio. Habían sido novios durante mucho tiempo, pero por cosas del destino tuvieron que separarse hace algunos años. Miami, la ciudad del sol los volvió a juntar algún tiempo después. Susy sabía que él era el amor de su vida, lo supo siempre, por eso nunca perdió la esperanza, ni él. Retomaron su relación y hoy ya son esposos. Y es que así es el amor, todo lo puede, todo lo supera.
La boda comenzó con la novia y su ritual. Acompañada por su madre, hermana, tías y amigas, se preparó para caminar hasta el altar. Fiel a sus estilo apostó por un vestido blanco de mangas, brocado y mucho encaje, que acompañó con un recogido y una tiara delicada. Un maquillaje muy suave completó el look.
Los novios escogieron casarse en Medellín. Me encanta esta ciudad, pero no entendía por qué no escoger su ciudad natal para hacerlo. Al llegar allí, a ese lugar que se convertiría en el hilo conductor de este desenlace, pude entender la sensibilidad estética que percibió Susy. Era mágico. Era un montaje natural en el que la naturaleza se apoderaba de todo. La ceremonia fue en una iglesia típica de la ciudad y mientras la novia entraba ahí estaba yo, para acompañarla en otro de los momentos más importantes de su vida como su dama de honor.
Susy escogió el color rosado para contrastar con el verde campo.
Las mesas eran largas con muchas velas y flores. Ella quería una decoración muy country y natural, pero delicada. Y lo logró. Sin duda ha sido una de las bodas más bellas y especiales en las que he estado. Una que me llena de felicidad desde lo más profundo de mi corazón y que nos bailamos hasta el amanecer.
Solo bendiciones para ellos, los amo.
Besos a la Moda,
Adriana