Faltan pocos días para que el 2018 llegue a su fin, y es casi un reto no sentirse abrumado con tantos sentimientos encontrados. Me parece increíble que esté hoy sentada frente al computador escribiendo mi último post del año, todo ha pasado mucho más rápido que el anterior. Se acerca un cierre esperado, y estoy lista para un recuento exhaustivo de 12 meses de aventuras, aprendizajes, momentos que han cambiado mi vida radicalmente, tanto personal como profesionalmente.
Este, fue sin dudas un año de cambios y riesgos, principalmente. En enero viajé a España para cursar el Máster en Dirección y Gestión de Empresas en el Sector de Lujo del IE Business School. Ufff! Lo sé, vuelta total a un plan de vida previamente trazado. Pero al final, ¿de eso se trata la vida no? Cambios inesperados que nos hagan crecer. Decidí reconectarme con la industria del lujo, con las nuevas tendencias del mercado, lanzarme a dar un cambio con mi marca, a apostar por un lujo con propósito con el que me comprometí desde el 2017 durante el Latino Impact Summit. Viajé a inspirarme, a conocer más y a conocerme, a seguirme encontrando, a seguir soñando. Y lo mejor es que lo logré.
Hoy puedo escribir sin duda alguna que el 2018 fue un gran año. Hoy sé que todo lo que viví este año con Adriana Castro y El Diario de la Moda estaba destinado a fluír de una forma maravillosa y especial. Una de la que no cambio nada. Acepto, amo y aprendo. ¿Y en lo personal? Infinitas. Gracias vida por meses de re descubrimiento. Por haberme enseñado a amar más y mejor, a no forzar situaciones, a soltar, a cuidar más mi planeta, a cuidar mi mucho más mi cuerpo, y sobretodo a agradecer más. Lecciones que sigo recibiendo con los brazos abiertos y el corazón dispuesto.
Este año también viajé a Barranquilla para disfrutar de las fiestas de fin de año con mi Familia. Días de fiestas, reuniones, de compartir con lo que más amo en el mundo. Pero también ha sido el momento ideal para desintoxicar mi cuerpo y mi mente, para recibir este 2019 renovada de adentro hacia afuera. Mi primera parada en la ciudad fue GENAVíe Wellness Center. Si ya me conocen saben que cada primera semana de enero desde hace dos años suelo acudir a este centro para desintoxicar mi cuerpo de los excesos de las vacaciones de fin de año y comenzar un régimen de bienestar completo.
Pues bien, esta vez quise hacer lo mismo pero antes del 31 de diciembre, para comenzar un nuevo año con el pie derecho. Ya saben, soy fiel creyente en ese refrán de que “Año nuevo, vida nueva”. Comencé mi visita con un chequeo general donde su médico de planta, y luego con los procedimientos indicados para limpiar mi cuerpo y prepararlo sanamente con lo que viene –y claro, uno que otro regalito consentidor–. Desintoxicación iónica, para purificar el cuerpo; luego en mi favorita de todas, sesión de sueroterapia, también probé la oxigenoterapia, algunas sesiones en la cámara hiperbárica, masaje relajante y finalmente una hidratación profunda on Skinlight.