Esta semana volé a Guatemala para un viaje de esos que te dejan el corazón repleto de amor y las energías cargadas por mucho tiempo. Viajé a Guatemala a darle un propósito a mi moda, y a luchar por la industria que busca uno. Estuve ahí para encontrar muchas sonrisas, pero sobretodo, para encontrarme. Una vez más visité este país de colores y contrastes con una misión de vida: Compartir y a yudar a los niños de la Fundación Ayuvi/ Hogar Estuardo Mini.
Esta nueva aventura comenzó gracias a una invitación para exponer mi trabajo en un pop up store, con diseñadores guatemaltecos como Lia Cohen y otras marcas que admiro gracias a su trabajo en los detalles tradicionales y diseño actual. Me sentí muy honrada y feliz de hacer parte de este selecto grupo, y en especial de haber tenido la oportunidad de volver a trabajar en pro a los niños que más lo necesitan y a sus familias. Me encanta conectarme con este tipo de causas que te aportan y te ayudan a crecer, causas que inspiran. Durante el día tuve una visita al hogar y pude compartir mi día con los angelitos que allí viven. ¡Me robaron el corazón! Jessica, quién me acompaña en la foto, fue una de ellos, una princesa guerrera que ilumina todo a su paso.
Estoy en un momento de mi vida en el que busco lo que me llene el alma, mi vida, el cuerpo y mi ser, desde cualquier perspectiva, lateral o profesional; o en este caso, ambas. Al final, la moda siempre ha sido un vehículo, mi vehículo, para conseguir elevarme por eso sigo luchando por darle un propósito a esta industria que con el paso del tiempo ha dejado de ser un tema puramente utilitario. Vamos más allá, vamos con conciencia, vamos bien.
Besos a la Moda,
Adriana