El icónico modisto murió el pasado sábado a la edad de 91 años
“Todo lo que una mujer necesita para estar elegante es una capa, dos trajes, un pantalón y un suéter de cachemir”. Esa es solo una de las célebres frases de Hubert de Givenchy, uno de los diseñadores más iconicos, famosos y respetados del mundo, que se despidió definitivamente el pasado sábado a sus 91 años. Por medio de Instagram su casa homónima –que abrió sus puertas en 1952 con el apoyo de Cristóbal Blenciaga– ha confirmado hoy la triste noticia que ha revolucionado la industria.
La aguja del famoso modisto, amado desde sus inicios por sus creaciones de Alta Costura, estuvo en sus inicios bajo la batatuta de grandes creativos como el de Lucien Lelong, Piguet, Jacques Fath , Elsa Schiaparelli y Balenciaga, antes de fundar su maison. Además, a lo largo de su carrera tuvo la oportunidad de vestir a grandes mujeres de la historia; de su exclusiva lista se estampaban nombres como el de Grace Kelly, Jackie Kennedy, Elizabeth Taylor, Jane Fonda, y por supuesto, Audrey Hepburn, quien se convirtió en su musa y amiga inseparable.
Tras vender su firma en 1988 al conglomerado del lujo LVHM, y desde entonces grandes mentes creativas como la John Galliano, Alexander McQueen, Riccardo Tisci y, actualmente, Claire Waight Keller, la primera mujer en capitanear la histórica casa de modas francesa.
Entre otros de sus grandes logros, Hubert de Givenchy hizo parte del vestuario de películas como Desayuno con diamantes o Una cara con ángel; y por ser el primer diseñador en presentar prêt-à-porter en el año 1954.
El francés tuvo la oportunidad de ver la evolución de su gran sueño, Givenchy, y no solo deja a sus espaldas este, su gran legado, sino una tristeza profunda en los corazones de todos los amantes de sus obras de arte, de su espíritu, de su moda. Adiós, monsieur.