Hay rituales justos y necesarios para resetearnos. Sí, así, RESETEARNOS. Borrarnos y recargarnos, volver a empezar y no solo mental, sino físicamente. Por eso probamos una de las tantas formas que existe para que nuestro cuerpo se deshaga de todo eso que no le sirve y se llene por completo con cosas nuevas: la desintoxicación iónica. Comenzamos el año con pie derecho, conocimos una de los centros de Wellness que más nos ha encantado, hablamos de Genavíe Center, un lugar para desconectar y conectar al mismo tiempo con nuestro yo, y en el cual pudimos disfrutar de este proceso viviendo una experiencia perfecta de comienzo a fin.
Para quienes no lo saben, la desintoxicación iónica es una terapia que permite la liberación de esos elementos tóxicos a través de los pies. Al liberar toxinas, eliminarás los radicales libres que se forman por iones inestables, los cuales causan enfermedades como el cáncer, las condiciones crónicas y el envejecimiento prematuro. La terapia trabaja a nivel electrolítico, llevando a cabo un proceso llamado “ionización”, mediante el cual se rompen las moléculas del agua que se encuentra en la tina en donde están los pies, separándolas en miles de iones negativos. Así entonces, las toxinas que se almacenan en el cuerpo pronto serán extraídas en el agua con el proceso llamado ósmosis, en el que una gran cantidad de aniones (iones negativos) penetran las diferentes membranas del cuerpo y al encontrarse con iones positivos, es decir, con toxinas adheridas a los diferentes tejidos corporales (piel, órganos, etc.), la carga negativa de los aniones neutraliza la carga positiva de las toxinas o cationes.
Además de deshacernos de los excesos de las fiestas o el fin de semana, la terapia logra hacernos sentir en relajados, sanos y alertas, por lo que nuestro cuerpo se sentirá más ligero después del tratamiento, nuestra mente pensará más claramente y sentiremos un mayor bienestar.
Nosotras nos atrevimos a probarla y estamos felices con los resultados. ¿Y si te animas a probarla?.