Hay cosas que no me canso de repetir, y sin dudas una de ellas es viajar. Viajar es uno de los placeres principales de la vida. Y es que ¿cómo no?. Hacerlo no solo abre la mente, sino que alegra el corazón, lo llena y lo vuelve soñador; por eso cada vez que puedo subir a un avión y aventurarme a nuevos espacios, no dudo en hacerlo. Mi nueva aventura tuvo como territorio a Mexico. Sí, de nuevo México. Pero un México más tradicional pero igual (o más) espectacular, del que había visitado anteriormente. Si bien es cierto que las Riviera Maya, por ejemplo, es uno de mis destinos preferidos, también lo es que el país azteca es uno de los más emocionantes de visitar, si lo que queremos es llenar nuestra vida de color, historia, y mucha cultura. ¡Lo tiene todo!.
Este nuevo recorrido tuvo como centro tres principales puntos: Tequisquiapan, Bernal y San Miguel de Allende. A diferencia de otras escapadas a este mágico país, en esta ocasión los planes estuvieron lejos de restaurantes elegantes y fiestas, el hilo conductor de esta visita fue espiritual y energético. El recorrido comenzó con la visita a un viñedo, en el que pasé la mayoría del día entre verdes. En el segundo, tuve la oportunidad de ir “la Peña de Bernal”, una de las piedras más importantes del mundo en la que, según los habitantes del estado de Querétaro, las personas que la visitan salen de ella con las energías recargadas. Y por último, el destino final, me sorprendió con una arquitectura colonial asombrosa –una de las más bellas de México, debo decir– y mercaditos de artesanías en los que era imposible no querer llevarse todo…libros, flores, muñecas, y más.
En esta nueva visita mi maleta no incluyó tacones o trajes de baño, la maleta se dejó llenar con tenis –mis infalibles Adidas Originals– y ropa cool y muy relajada, como uno de mis looks preferidos del viaje, una falda midi con estampado floral, de Clover Canyon, un saquito azul profundo, de J. Crew, la cartera verde militar, de la colección FW de Adriana Castro, y un par de gafas Illesteva. Vestidos largos de telas frescas y jeans, convivieron con looks como este.
Dos de los puntos más importantes de este viaje fueron el placer de visitar estos paisajes con la luna llena del 15-16 de Octubre y poder sumarme a la campaña de #PrincesasGuerreras. Para el primero, quienes me conocen saben que soy muy espiritual, pero también creo en las energías, en que el universo nos brinda momentos para limpiarnos, renovarnos y empezar de nuevo. Así fue, con la “Peña de Bernal” a mis espaldas puse las fuerzas en el universo para pedir, con la seguridad de que me dará; así como lo hará con las mujeres que sufren violencia doméstica. Durante el viaje decidí sumarme a esta, una de las causas que más me entristecen, y por eso con junto con mis esenciales de belleza firmados por Aveeno, Clarins, Bobbi Brown y Neutrogena, empaqué la camisa con la que me sumo al movimiento de #PrincesasGuerreras, porque a las mujeres “ni un golpe que hiera, ni una palabra que duela.
Esta nueva parte de México, desconocida para mi y seguramente para muchos, me hizo amar muchísimo más (cómo si eso fuera posible) el país azteca. Quienes no lo han visitado aún, lo primero que tienen que saber es que es un lugar mágico en el que las tradiciones más exquisitas conviven con las expresiones artísticas más novedosas, que cuenta con una de las cocinas más variadas y exquisitas del mundo, y que su gente es única, abierta y amantes de sus raíces. Eso y más lo hacen un destino al que vale la pena una y mil veces más. ¡Viva México!.
Besos a la moda,
Adriana