Arte, moda, cultura, gastronomía, arquitectura, gente… No es un secreto que mi amor por España es interminable, de hecho este país se ha convertido en una de las fuentes de inspiración más grandes de mi trabajo, por eso volver siempre (siempre, siempre) es un placer.
Gracias a la invitación especial de Rosa Clará para conocer su nueva propuesta nupcial para el próximo 2017 en el Barcelona Bridal Week, tuve el gusto de recorrer las mágicas calles de la ciudad de Gaudí. A decantarme con sus edificios, a degustar sus tapas y jamones, a disfrutar de su música y, por supuesto, a respirar su moda. Fueron tres días de puro glamour y mucho encanto español.
El primer día del viaje lo tomé para encontrarme con la mágica Barcelona. Luego de ser transportada hasta el hotel me fui de caminata por ‘Paseo de Gracia’, la calle principal de la ciudad. Pude visitar algunas de mis tiendas preferidas como Santa Eulalia, Céline…Y como siempre lo hice con mis Adidas Stan Smith y el Alva Mini Bucket de Adriana Castro, en el que llevaba mis esenciales de turista: el bloqueador multiprotector SPF50 UV Plus Anti Pollution, de Clarins; mi Agua Thermal, de Avène; mi Chubby Stick Moisturizing Lip Colour Balm, de Clinique, y mis gafas Miu Miu.
El segundo día en la ciudad nos despertamos súper temprano para asistir al evento especial para la prensa que nos tenía preparado Rosa Clará. Allí nos contaron sobre la colección y nos consintieron con exclusivos y deliciosos postres y aperitivos. Al cabo de unas horas nos dirigimos al recinto para disfrutar del desfile de la firma española.
Para mi look del día confié en los mejores: camisa con volantes frontales y enterizo negro, de Ralph Lauren; pointy shoes, de Valentino, y clutch en piel de cocodrilo negro, de Adriana Castro.
Compartí el show con amistades de la moda, como Andrea Chediak de Univisión, con quién no pude dejar de comentar en entrevista los exquisitos diseños de Rosá Clará que vimos desfilar por la pasarela; trajes pensados para mujeres contemporáneas que sueñan con retomar la historia y vestirse del blanco más impoluto, pero también con ser vanguardistas, con llevar lazos, mucho encaje, siluetas que seducen al cuerpo.
El último día no hubo tiempo para mucho. Tomé un desayuno rápido y me embarqué en un auto hacia el aeropuerto. Así es, volví a decir adiós a la ciudad en la que parece que todo es posible. A la ciudad de los colores, de las culturas, de la pasión. Dije adiós pero desde ese momento empecé a contar los días para volver a ella. See you soon, Barcelona!
Besos a la moda,