Nuestro mundo ha cambiado. Nuestra forma de pensar, de trabajar, de comunicarnos y de sentir, es otra. Desde hace algunas semanas hemos visto como nuestra vida, tal y como la conocíamos, parece haberse desvanecido. Una pandemia nos ha hecho vivir nuestros días como en cámara lenta y al mejor estilo de una película de Hollywood. Wow! Lo escribo y no lo creo. Nuestro horario se ha detenido con una emergencia sanitaria que sacude al mundo y que nos deja unas medidas de confinamiento casi global. Unas, que nos hacen replanetearnos todo y nos hacen pensar en que el mundo que dejamos no será el mismo que encontraremos en unas semanas.
En nuestro ahora han surgido nuevos héroes –a quienes rendimos homenaje diariamente desde nuestros balcones a las 8:00pm–; tenemos una nueva solidaridad que da, de corazón, sin esperar nada a cambio; ahora creemos que la cultura, la moda y otros artes, tienen el poder de sanarnos, de ayudarnos y, sobretodo, de conectarnos. Cada día luchamos por vivir, teniendo en mente que la fe mueve montañas y que, nuestra cotidianidad, no es otra cosa que extraordinaria.
Este ha sido un alto en el camino para reinventarnos y para mejorar, para enseñarnos a adaptarnos. Por eso, estoy segura que cuando nos volvamos a encontrar, lo haremos en un mundo diferente. Un mundo que siente de verdad, que valora de verdad, que cree de verdad.
Desde El Diario de la Moda, quiero dar gracias por permitirnos hacer parte de la paradoja más grande todos los tiempos, la que nos cuenta que ahora que estamos socialmente distanciados es cuando más cerca nos sentimos. Gracias por permitirnos seguir contando historias que nos unen. Por acompañarnos y dejar que te acompañemos. Gracias por cambiar con nosotros y creer en ese mundo distinto que seguramente encontraremos al salir.
Besos a la Moda,
Adriana