Ya hacen exactamente 3 semanas que me embarqué en uno de mis planes favoritos del verano: viajar a Formentera, uno de mis paraísos favoritos del mundo. No es la primera vez que la visito, de hecho se ha convertido en una de mis paradas en las vacaciones, pero siempre encuentro nuevos encantos que me hacen volver.
Esta vez me vine a disfrutar con amigos y a descansar; a recargarme en el mar, a leer. Para quienes nunca han estado, a diferencia de otras Islas Baleares Formentera es la más pequeña pero también la más acogedora. De mar turquesa, arena blanca, pocos –pero maravillosos–alojamientos y una oferta gastronómica espectacular, este es un destino perfecto para desconectarse y para conectar. Esto último es a lo que nos invita realmente el verano, a tomarnos tiempo para nosotros, a escuchar la naturaleza, a dejar la mente en blanco.
En mi caso fue ideal, necesitaba estar con la energía al máximo y la concentración enfocada en la semana que venía en Medellín y mi viaje a Colombiamoda, pero esa ya es otra historia que pueden leer aquí.
También aproveche para visitar Beso Beach, un restaurante con una de mis playas favoritas en el Parque Natural de Ses Salines, Playa de Cavall d’en Borràs. Hay sol y mar, pero también un chiringuito nuevo y moda, con una tienda muy especial con ropa de temporada perfecta para ponerte después de un buen chapuzón.
Si sigues pensando a qué sitio del mapa lanzarte estos días de sol, no lo pienses más. Vete al lugar en el que el mar es una obra de arte de diferentes tonalidades azul y cada esquina es una postal que se enmarca en el libro de los recuerdos.
¿Poética? Mucho, y como no, si un banco inspira narrar una novela completa.
Besos a la Moda,
Adriana