Con cada nuevo año llega una ola de emociones e ilusiones que me abordan. Y la verdad es que a mi, particularmente, me encanta cumplir años, saber que cada 12 meses avanzo en la vida, no me estanco, tengo nuevos sueños, aprendizajes, retos, metas, historias, es un crecimiento constante. Este año celebré mi vida sin afanes, con mucha paz y amor, en un paisaje envidiable y una sonrisa interminable. Este primero de octubre los cumplí muy feliz.
Celebré esta nueva vuelta al sol como más me gusta: viajando. El destino de este año fue Grecia, o para ser más exactos en Atenas. Mientras apagaba las velas mis ojos se perdían en el Partenón –situado en la Acrópolis de la ciudad– que jugó como el perfecto fondo de una noche inolvidable. Otro viaje que me reafirmó que con el paso del tiempo se deja de sentir dependencia emocional, y se aprende a disfrutar de uno mismo. También que he superado muchos miedos que me bloqueaban y me impedían lanzarme a nuevas aventuras; sí, un miedo profundo al fracaso, al amor. Es cierto que es difícil quitárselos todos, al fin y al cabo también hace parte de la vida, pero aquí y ahora esta nueva yo solo los utilizo como un impulso para conseguir lo que se proponga.
Este nuevo primero de octubre me di cuenta que soy más feliz con mi aquí y ahora –y seguro con lo que viene–. Estoy más tranquila y más hermosa porque me conozco mejor, me entiendo, me escucho y me complazco. Porque he dejado atrás muchas malas decisiones, malas manías, y sobretodo porque quedan muchas puertas por abrir y mucha Adriana que descubrir. Hoy celebro mi vida llena de energía y mucho amor.
Besos a la Moda,
Adriana