Me enamoré del cuero y de las pieles exóticas desde muy joven, y reafirmé esa pasión mientras me decidía si estudiar diseño de accesorios o no. Esa sensibilidad y devoción que se tiene por este material único se tiene o no. Y es que cómo no enamorarse de un proceso que viene desde la prehistoria. Que se ha mejorado con los años y que es el oficio de pueblos completos…como Ubrique. Sí, un pueblo de Andalucía que además de su belleza tiene un secreto que solo los mejores han podido descubrir: se especializan en el trabajo artesanal en cuero.
Ubrique se encuentra ubicado en medio de un valle rodeado por montañas altas. Llegar no es tan sencillo, es imposible hacerlos por tren o por aire, solo las carreteras son una opción, pero vale la pena hacer el esfuerzo por visitarlo, sobretodo si eres amante del cuero, de la marroquinería y de las marcas de lujo, ya que este es el proveedor de artículos de marroquinería de las grandes marcas de moda como Loewe, Chanel, Carolina Herrera, Gucci, Louis Vuitton, entre otras reconocidas firmas.
El secreto mejor guardado de este pueblo de Cádiz fue descubierto en los sesenta, cuando las habilidades marroquineras de los ubriqueños perfeccionadas durante generaciones, comenzaron a tornarse exitosas en la fabricación de bolsos. Con el paso del tiempo se ha convertido en la capital mundial de la fabricación de complementos –correas, carteras, sombreros, etc– en cuero. Y es que lo lindo de esta pequeña porción de tierra escondida en España es que no se trata de algunos, es el pueblo entero que trabaja desde el corazón y respira este trabajo tan apasionante y minucioso a partes iguales. Visitarlo ha sido un sueño.
Desde mi experiencia personal trabajar con cuero ha significado un verdadero reto. Sobretodo ahora que el cuero y movimiento del slow fashion han encontrado gigantes como H&M o Zara, que con la democratización de la moda han creado en el consumidor una moda menos consciente, más rápida y pasajera. Por eso también esta visita ha sido un despertar, un nuevo aire, un encamine a la tradición a seguir soñando con un lujo con detalles y acabados perfectos, un lujo con un aporte social y por supuesto, con productos en cuero que se desarrollen con un manual de elaboración exquisito. De vuelta a las raíces.
Para visitar este sitio mágico me decidí por un look que le hiciera gracia. Lucí un vestido camisero estampado, sandalias de cuero firmadas por Hermés, gafas Miu Miu, un cinturón vintage en color salmón de Adriana Castro, cartera Meissa Bag, tambien de Adriana Castro, y completé el look con un sombrero 100% fabricado en Ubrique.
Me voy de Ubrique con otra luz. Con un nuevo aprendizaje para mi y para la marca (Adriana Castro) y por supuesto con un nuevo plan.
Besos a la Moda,
Adriana
Fotos: Paola Varela